La grabación de
‘’La Dicha...’’ llevó solamente (incluída la mezcla) 29½ hs.
(veintinueve horas y media), constituyendo un récord jamás reconocido pero muy
recordado por pocas personas.
A lo largo de estas tres breves jornadas se produjeron infinidad de situaciones
curiosas y pintorescas, por ejemplo:
Fabiana
Cantilo encontró 200 dólares en la puerta del estudio y no lo comentó con
nadie hasta pasados dos años de la fecha del incidente.
Daniel
Melingo -continuando con una tradición de superchería familiar- utilizó
las mismas medias los tres días que duró la grabación. Ésto le provocó
una severa infección micótica en el pie izquierdo de la que nunca se
recuperó totalmente.
El
Gonzo (saxofonista) antes de cada solo bebía un trago creado por él mismo
llamado “Coñola” (una mezcla de cognac y Coca-Cola). Lo curioso es que
-por contrato- el cognac debía ser provisto y servido por Daniel
Grinbank,
a lo que el conocido empresario nunca accedió, generando el lógico
malestar del músico y las carcajadas de sus compañeros.
Cuando estaba grabando los teclados de “Jugando Hulla-Hulla”, Andrés Calamaro volcó -por accidente- una jarra de jugo de pomelo encima de la consola de sonido, provocando un corto-circuito menor que fue muy festejado por el ingeniero de sonido, quien pidió inmediatamente otra jarra de jugo de pomelo.